El contexto sociohistórico y político de la España del momento coadyuvó a mantener el cese de actividad de la Cofradía durante el segundo tercio del siglo XX. Cuatro años después del último documento conservado fue proclamada la II República Española, que defendía la laicidad del Estado. La destrucción de propiedades eclesiásticas y la intransigencia religiosa de algunos sectores exaltados no hicieron que hubiera un clima propicio para que la Cofradía del Espíritu Santo retomara sus actividades. De 1936 a 1939, además, el país sufrió un cruento conflicto armado sin precedentes en suelo español, la Guerra Civil, que desencadenó situaciones de miseria en los años del conflicto y en los siguientes: la posguerra. Hay que decir que la ciudad de Cáceres pronto se unió al bando sublevado y los bombardeos que sufrió provinieron del lado republicano. Los cacereños de clase media y baja, pues, como en el resto del país, padecieron calamidades en los años siguientes a la Guerra, aunque el abrazo del nuevo régimen al catolicismo iba creando un caldo de cultivo del que se aprovechó el movimiento cofrade, y muy especialmente el cacereño, pues por esos años se fundan la Cofradía de los Ramos (1946), la del Cristo de las Batallas (1951) y la del Cristo del Calvario (1958).
Además, el auge que las cofradías pasionistas experimentaban en la ciudad hizo que, a instancias del Obispado, se fundara en 1957 la Comisión Pro-Semana Santa Cacereña, organismo que aglutinó a todas las hermandades penitenciales y que se dedicó a la organización de actividades conjuntas y a la coordinación de los desfiles procesionales de Semana Santa. La Cofradía fue fundadora de dicha institución y de su sucesora, la Unión de Cofradías Penitenciales de Cáceres, creada en 1986.
En 1949 se inician unas obras de reconstrucción de la ermita del Espíritu Santo, que se encontraba en muy mal estado. Por primera vez se obtiene un dinero público para efectuar las obras de reparación, fundamentalmente destinadas al enlosado de la iglesia y a la construcción del artesonado del techo. Rehabilitada y abierta al culto, fue inaugurada y bendecida el 14 de noviembre de 1950 por el Obispo de Coria, D. Manuel Llopis Ivorra. El entusiasmo que, por dicha obra, mostraban el Párroco de San Mateo, D. Santiago Gaspar Gil, y los vecinos de la barriada circundante motivó a las autoridades eclesiásticas a que se desarrollaran unas misiones populares en la ermita del Espíritu Santo, que se celebraron entre el 13 y el 22 de noviembre de ese año y estuvieron dirigidas por el ilustre misionero jesuita D. Florentino Alcañiz García.
Las misiones, a las que asistieron cientos de feligreses, contenían sermones evangelizadores exentos de pompa y retórica, lo que acercaba la religión a los seglares y provocaba un estado de optimismo y exacerbación del fenómeno religioso que contrastaba con lo vivido apenas diez o quince años antes.
Jubilosos por la restauración de la ermita, el último día de las misiones un amplio grupo de feligreses empezó a plantearse la recuperación de la Cofradía que había servido en dicha ermita desde tiempos inmemoriales. Pasados pocos días, confiando en la viabilidad del proyecto y alentados por el espíritu de las misiones, por el P. Alcañiz y, sobre todo, por D. Santiago Gaspar Gil, Párroco de San Mateo, el 3 de diciembre de 1950 fue refundada la Cofradía del Espíritu Santo, aunque ahora dejaba la sacramentalidad para convertirse en una cofradía penitencial, es decir, la que ejerce determinados cultos que rememoran la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesucristo.
El nombre oficial con el que se refundó la institución fue el de Cofradía del Santísimo Cristo de la Buena Muerte, advocación del crucificado que había pertenecido a la Hermandad y que ya entonces coronaba el retablo mayor de la iglesia parroquial de San Mateo. Con el fin de aclarar la identidad de la corporación, a la misma se la conoció como Cofradía del Santísimo Cristo de la Buena Muerte del Espíritu Santo, pero también como Cofradía del Santísimo Cristo del Espíritu Santo o, simplemente, Cofradía del Espíritu Santo, además de Real Cofradía del Santísimo Cristo de la Buena Muerte, de Real Cofradía del Santísimo Cristo de la Buena Muerte del Espíritu Santo, de Real Cofradía del Santísimo Cristo del Espíritu Santo o, sin más, de Real Cofradía del Espíritu Santo. Todas estas variaciones responden también a la falta de un corpus legal interno bien definido, no necesariamente estatutario, en esos primeros años. Conocido que la imagen que se encontraba en la ermita del Espíritu Santo no era el Santísimo Cristo de la Buena Muerte, sino otro crucificado más antiguo del que se trata más adelante, a partir de 1955 el título de la entidad pasó a ser el de Cofradía del Santísimo Cristo del Humilladero, también Real Cofradía del Santísimo Cristo del Humilladero.
No fue la única modificación de su denominación oficial, pues en 1960 fue incorporada la titular mariana, pasando el nombre a Cofradía del Santísimo Cristo del Humilladero y María Santísima Corredentora. No fue extraño encontrar las variaciones de Cofradía del Santísimo Cristo del Humilladero y Nuestra Señora María Corredentora y de Cofradía del Santísimo Cristo del Humilladero y Santísima Virgen María Corredentora. Popularmente, la entidad siempre fue y es conocida como Cofradía del Espíritu Santo.
En el año 2004 se recuperó oficialmente parte de la denominación histórica de la Hermandad, pasando a ser su título oficial el de Antigua Cofradía del Espíritu Santo y del Santísimo Cristo del Humilladero y Santísima Virgen María Corredentora. En 2009 se sustituyó por el de Real Cofradía del Espíritu Santo y del Santísimo Cristo del Humilladero y Santísima Virgen María Corredentora y, al año siguiente, por el de Pontificia y Real Cofradía del Espíritu Santo, Santísimo Cristo del Humilladero y Santísima Virgen María Corredentora. Tras un cambio en la advocación mariana, desde 2018 el título de la corporación es el de Pontificia y Real Cofradía del Espíritu Santo, Santísimo Cristo del Humilladero y Nuestra Señora de la Encarnación.
La actualización de los títulos de honor de la Cofradía llegó con la concesión del de Antigua el 24 de febrero de 2004 por D. Ciriaco Benavente Mateos, Obispo de Coria-Cáceres, y el reconocimiento del uso legítimo de los de Real y Pontificia por D. Francisco Cerro Chaves, Obispo de Coria-Cáceres, mediante sendos decretos episcopales de 4 de febrero de 2009 y de 1 de abril de 2010.
Desde 1950, pues, la Cofradía retoma sus actividades, toma acuerdos, elige a distintos Mayordomos, adquiere insignias e imágenes y vive en un espíritu de hermandad penitencial, como otras cofradías cacereñas. En el acta de 16 de febrero de 1962, al momento de elegir a D. Antonio López-Montenegro y García-Pelayo como Mayordomo, el Secretario de la Cofradía, D. Francisco Sánchez Pizarro, informa a los hermanos de que «se debe hacer conforme determinan los Estatutos, pero en nuestra Cofradía por no tener confeccionados los mismos y con el fin de contar cuanto antes con la persona que llevará la dirección de la Hermandad, en este caso la elección se hará como sigue» (Archivo de la Cofradía del Espíritu Santo, Gobierno, Actas y acuerdos, Acta de 16 de febrero de 1962), siguiendo la explicación del método de elección. Así pues, en ese año la Cofradía todavía no contaba con unos estatutos, lo que no le impedía funcionar, como se ha dicho; incluso constan en el Libro de Cuentas de la época varias Visitas Pastorales.
Los primeros Estatutos de la etapa penitencial fueron aprobados por el Obispo de Coria-Cáceres, D. Manuel Llopis Ivorra, el 19 de diciembre de 1972, siendo Mayordomo D. Andrés Pablo Muñoz. En el primer artículo se expresa que «La antiquísima Cofradía del Espíritu Santo, después denominada Cofradía del Santísimo Cristo del Humilladero y María Santísima Corredentora siendo, pues, sucesora de todos sus Fueros y prerrogativas, está establecida en Cáceres» (Archivo de la Cofradía del Espíritu Santo, Gobierno y Ordenanzas, Estatutos de 1972, pág. 1), viniendo a confirmar el acto refundacional que tuvo lugar en el ecuador de la vigésima centuria.
Solo dos años después, en 1974, la Cofradía fue pionera en la ciudad de Cáceres al presentar en Semana Santa un paso procesional cargado íntegramente por mujeres. La defensa de la mujer y su inclusión en la vida de la corporación llevó a la Hermandad a ser merecedora de la X edición del Premio Pasos, correspondiente al año 2015. Este prestigioso galardón nacional, otorgado por la Asociación Mujeres Cofrades de Cartagena, distingue a aquellas entidades de carácter cofrade que destacan por su labor de integración de la mujer en el ámbito cofrade español.
Los Estatutos de 1972 fueron reformados, posteriormente, el 30 de mayo de 2001, siendo Mayordomo D. Florentino Merchán García; el 21 de abril de 2010, con D. Manuel Pérez Fuentes como Mayordomo; el 8 de mayo de 2014, ocupando la mayordomía D. Antonio Pablo Merchán, y el 16 de diciembre de 2018, siendo Mayordomo D. José Diego Rodríguez Moreno. Además, el 21 de marzo de 2014 se aprobó el primer Reglamento de Régimen Interno, que fue modificado el 30 de noviembre de 2018. Los Estatutos recogen el nombre de las imágenes titulares, los fines de la Cofradía, sus órganos de gobierno, los principales cultos y procesiones que celebra y el modo de elección de los cargos directivos.
La corporación está dirigida por una Junta de Gobierno (también denominada Junta Directiva o Cabildo de Oficiales) a la que pertenece el Director Espiritual, que suele ser el Párroco del Espíritu Santo; el Mayordomo, elegido por sufragio universal cada cuatro años y con la posibilidad de ser reelegido una única vez; el Vicemayordomo; el Hermano Mayor, que recae sobre el cofrade de mayor antigüedad; el Secretario; el Tesorero, y un número variable de Vocales.
Los nuevos cultos que celebra la Cofradía, acordes a una corporación penitencial y lejos ya de las procesiones mensuales de Minerva y del culto al Santísimo Sacramento, desarrollados en el siglo XIX, serán la festividad de Pentecostés y, sobre todo, una procesión en Semana Santa. Estos cultos aumentarán en número y variedad con el paso de los años y la adecuación a los nuevos tiempos, a los que la Cofradía ha ido adaptándose.
La fiesta del Espíritu Santo ha quedado reducida a la Solemne Eucaristía de Pentecostés, organizada en colaboración con la Parroquia del Espíritu Santo; pero mantiene su celebración desde hace más de cinco siglos.
Como entidad penitencial, son fundamentales sus cultos de Cuaresma y Semana Santa. Desde mediados del siglo XX se organizaba la Misa de Cumplimiento Pascual de los Hermanos, a la que, al principio, solo acudían hombres. Dejó de celebrarse ese acto y, a comienzos del siglo XXI, se incorporó la Eucaristía General de Hermanos, el tercer domingo de Cuaresma, aplicada por los hermanos vivos de la Cofradía y por los fallecidos en el último año; además, en ese acto se impone la medalla a los cofrades de nuevo ingreso.
Aunque tuvo algunos antecedentes en 1961 y 1966, lo cierto es que anualmente se celebra el Solemne Besapié al Santísimo Cristo del Humilladero desde 1970 y previo a la Semana Santa. Los días han ido variando, pero se mantienen unas horas determinadas el Viernes de Dolores, el Sábado de Pasión y el Domingo de Ramos.
En 1999 se organizó un triduo al titular en el mes de septiembre, coincidiendo con la fiesta de la Exaltación de la Cruz, pero se decidió incorporarlo a los cultos cuaresmales y tiene lugar anualmente durante la Semana de Pasión, siendo su culminación el Solemne Besapié a la imagen. Sin embargo, el verdadero origen de este Triduo está en las Charlas Cuaresmales que la Cofradía organizaba junto con la Parroquia del Espíritu Santo en las décadas de los años 1950 a 1970.
El momento más importante es el culto público a las imágenes, el cual se produce durante la Semana Santa. Tras la refundación de 1950, la primera procesión penitencial de la Cofradía tuvo lugar el Jueves Santo de 1953, cuando desfiló junto con la Cofradía de la Vera Cruz, algo que hizo hasta 1958.
Desde el año siguiente, cuando la ermita del Espíritu Santo fue erigida en iglesia parroquial, la Hermandad procesiona en solitario, habiendo realizado desfiles el Viernes Santo, el Domingo de Ramos y el Jueves Santo, que es el día actual. En 1960 se incorporó a la procesión la Santísima Virgen María Corredentora, una dolorosa obra de D. Venancio Rubio Criado, hermano de la Cofradía que fue nombrado honorario por la ejecución de tal empresa. Debido al mal estado de conservación del Santísimo Cristo del Humilladero, la corporación decidió adquirir un nuevo crucificado a Imaginería Religiosa Serquella, en Olot (Gerona), obra que sustituyó al titular desde 1970 hasta 1991.
Por otro lado, el Señor de la Columna, obra de D. José de Arce de 1655, se incorporó a la procesión del Jueves Santo en 1995. A este paso se le añadió un Romano entre 2015 y 2022, tallado por D. José Ovando Merino en 1988. Esta Procesión del Espíritu Santo es la oficial de la Cofradía. La entidad ingresó en 2022 en la Confraternidad de Hermandades y Cofradías del Segundo Misterio Doloroso al contar con una imagen de la advocación de la Flagelación del Señor.
El crucificado adquirido en Cataluña dejó de procesionar en 1991. En 1992 iba a desfilar en un viacrucis que la Cofradía organizaba el Lunes Santo, pero no se llevó a efecto. Sin embargo, la Cofradía no quiso abandonar la imagen y, ya bajo la advocación de Santísimo Cristo de la Preciosa Sangre, comenzó a organizar un viacrucis el Miércoles Santo, el Viacrucis Penitencial del Espíritu Santo, hasta 2005 denominado Viacrucis de la Juventud. En 2023 esta procesión fue trasladada al Sábado de Pasión.
Más allá de la Cuaresma y la Semana Santa, la Hermandad organiza otros cultos, de entre los que destaca la Fiesta Principal de la Cofradía, el 14 de septiembre, fiesta de la Exaltación de la Cruz. Ese día, o el domingo más próximo, se celebra una Solemne Eucaristía aplicada por todos los hermanos fallecidos en la historia de la institución y, desde 2010, la Procesión del Santísimo Cristo del Humilladero, seguida de una jornada de romería con mesa de ofrendas.
Otros actos relevantes son la Misa de Hermandad cada tercer domingo de mes, instituida en 2017; el Cartero Real durante los primeros días del año desde 2015, que también visita la planta de hospitalización del Servicio de Pediatría y el Servicio de Urgencias del Hospital San Pedro de Alcántara y un centro de mayores de Cáceres; el Solemne Culto al Señor de la Columna desde 2017, coincidiendo con la festividad de San Juan Bosco (31 de enero); el Recital de Marchas y Saetas «Santísimo Cristo del Humilladero» desde 2017 durante la tercera semana de Cuaresma, y el Solemne Quinario a Nuestra Señora de la Encarnación con su Devoto Besamanos tras la Solemnidad de la Inmaculada Concepción, cuya primera edición fue en 2015. No obstante, la actividad de la Cofradía se extiende a todo el año, por lo que organiza otros muchos y variados actos.
Para favorecer esa vida de Hermandad se han creado cinco secciones, cada una con sus particularidades, pero todas aportando al crecimiento de la corporación: la Banda de Cornetas y Tambores «Santísimo Cristo del Humilladero» en 1986, el Taller de Costura en 2015 y la Banda Infantil de Cornetas y Tambores «Espíritu Santo», el Grupo Joven y el Coro en 2016.
Aunque en la sección dedicada a las imágenes se explican con mayor detenimiento aquellas a las que rinde culto la Hermandad en la actualidad, que ha ido incorporando desde su refundación en 1950, procede relacionarlas e indicar algunos datos fundamentales sobre ellas.
El primer titular de la Cofradía es el Espíritu Santo; lo es desde su fundación en 1493 y no ha cambiado, aunque en la actualidad no hay ninguna imagen que lo simbolice.
El Santísimo Cristo del Humilladero es un crucificado de dimensiones menores que las naturales, de una belleza y calidad artística espectaculares. Es la imagen titular de la Cofradía, tallada por un autor desconocido a finales del siglo XV. Durante tres siglos estuvo en la ermita del Humilladero, derruida en 1903. A mediados del siglo XIX se trasladó a la ermita del Espíritu Santo. Recibió una Bula Pontificia de un Papa desconocido por la que se ganaban 1500 días de indulgencia por cada misa que en su altar se dijese, mandase decir o se oyese en los días de la Cruz, Resurrección, San Francisco, San Juan y Espíritu Santo.
Titular es también Nuestra Señora de la Encarnación, hasta 2018 advocada como Santísima Virgen María Corredentora. Fue tallada y donada por D. Venancio Rubio Criado en 1960. Es una dolorosa de inspiración salzillesca cuya expresión es de imploración al cielo, suspirando con las manos abiertas. No debe confundirse con la imagen del mismo título que perteneció a la Cofradía entre los siglos XVI y XIX.
El Señor de la Columna es el primer Jesús atado a una columna baja barroco realizado en Sevilla. Fue tallado por D. José de Arce en 1655 y donado a la Cofradía de la Vera Cruz de Cáceres por D. Francisco Carrasco. Tras ser abandonada en la ermita del Espíritu Santo a principios del siglo XX, la imagen fue recuperada por la Cofradía en 1995 y procesiona desde entonces. Media un acuerdo de cesión firmado en 2008 con la hermandad propietaria.
El Santísimo Cristo de la Preciosa Sangre es un crucificado de tamaño natural adquirido por la Cofradía en 1970 a Imaginería Religiosa Serquella, en Olot (Gerona). Representa a un Cristo muerto, aunque puede destacarse, no obstante, la hermosura de su rostro. Recibió la advocación de Santísimo Cristo del Humilladero hasta 1991, pues la Cofradía lo adquirió debido al mal estado del titular tardogótico. Desde 1999 lleva el título actual.
En 2014 la Cofradía adquirió en Granada la imagen secundaria de un Romano tallado por D. José Ovando Merino en 1988. De unas dimensiones iguales que las naturales, la obra está realizada en madera de cedro policromada. Al año siguiente fue incorporado al paso procesional del Señor de la Columna.
Finalmente, la Virgen del Carmen es una pequeña talla en madera policromada con estofados que la Parroquia del Espíritu Santo cedió indefinidamente a la Cofradía en 2017. La finalidad es que presida la celebración de una eucaristía en torno a la fiesta de Nuestra Señora del Carmen, el 16 de julio.
La Cofradía ha celebrado, recientemente, dos importantes efemérides. Por un lado, el cincuentenario de Nuestra Señora de la Encarnación, en 2010, y por otro, el quingentésimo vigésimo quinto aniversario fundacional, en 2018.
En el año 2024 la Custodia de Tierra Santa concedió a la Cofradía una reliquia consistente en una piedra extraída de la cima del Monte Calvario.
Tras superar el medio milenio de existencia, la Pontificia y Real Cofradía del Espíritu Santo, Santísimo Cristo del Humilladero y Nuestra Señora de la Encarnación se muestra renovada y dinámica, celebrando múltiples actos y cultos a lo largo del año y siendo cercana a las necesidades de sus hermanos. Esta Hermandad, más de cinco veces centenaria, está orgullosa de su historia, de todas y cada una de las etapas y momentos por los que ha pasado pero, sobre todo, desea seguir trabajando en el ámbito cofrade y honrando el nombre de quienes nos precedieron.